En 2008 en mi paso por la Escuela de Arte de Logroño, y a pesar que en un principio la intención fue la de ser alumno, descubrí algo que me hizo feliz. Enseñar mis dibujos y como los hacía mis compañeros de clase mejoraron y aprendieron más cosas.
En consecuencia en 2010 decidí embarcarme en una
empresa dedicada
a la docencia, actividad a la que de alguna forma ya me había
involucrado en momentos puntuales, en pequeños seminarios con Sapo
Producciones, en centros jovenes del Ayuntamiento de mi ciudad y en
otras ocasiones enseñado a mi tío Photoshop.
Ahora y despúes de casi cuatro años me he decidido a publicar mis experiencias y las de mis alumnos, haciendo incapie en el disfrute que supone hacer arte, sin entrar a valorar el resultado en si, sino las sensaciones y el descubrimiento que ello supone.